09/19/2024
CAMBIO INEVITABLE
La frase de Oscar Wilde resuena en lo más profundo de mi ser, evocando una verdad que muchas veces preferimos ignorar: el cambio es inevitable, y el yo de ayer no es el mismo que el de hoy. Esta afirmación refleja una realidad universal, pero también profundamente personal, porque somos seres en constante transformación. Al observarme hoy, me doy cuenta de que, como lo expresó Heráclito siglos antes, "ningún hombre se baña dos veces en el mismo río", ya que tanto el río como el hombre han cambiado. Pero ¿qué implica realmente este cambio, y por qué es tan trascendental?
Durante el último año, la vida nos ha esculpido en una nueva versión, moldeada por las experiencias, las decisiones y los momentos de introspección.
La psicología nos enseña que la identidad no es estática, sino fluida, en constante construcción. Según Erik Erikson (1950). Cada desafío, cada pérdida y cada triunfo han dejado una marca en mi ser, forjando una nueva identidad que es, en esencia, diferente a la de hace un año.
Es importante reconocer que esta metamorfosis no es meramente externa; el cambio psicológico interno es profundo y complejo. Carl Jung (1961) sostenía que el individuo lleva en su inconsciente arquetipos y sombras que, al ser confrontadas, le permiten alcanzar un estado de mayor autoconciencia. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que he enfrentado mis propias sombras, mis miedos más profundos y mis patrones inconscientes. Ya no soy el mismo porque he decidido entrar en este abismo interno, enfrentar mis contradicciones y emerger con un entendimiento más amplio de mi ser.
He reconstruido mis esquemas, reajustando mis creencias y percepciones para alinearlas con mis nuevas realidades. Lo que antes me definía, ya no lo hace; y lo que antes parecía inmutable, ahora se ha disuelto en la fluidez del cambio.
Sin embargo, no siempre es fácil aceptar la transformación. Muchas veces, nos aferramos a la versión pasada de nosotros mismos, tal vez por miedo a lo desconocido o por la seguridad que lo familiar nos ofrece. Pero negar este cambio es negar la esencia de la vida misma. Como dijo Viktor Frankl (1946), "cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, estamos desafiados a cambiarnos a nosotros mismos". La resistencia al cambio es natural, pero también lo es la necesidad de evolucionar, y ha sido este último año una lección profunda sobre la aceptación de esa transformación inevitable.
Las cicatrices que llevo, las risas y las lágrimas acumuladas, son testimonio de una evolución que no pide permiso.
En última instancia, la frase de Wilde es una invitación a abandonar las nociones fijas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás. Así como espero ser visto por quienes me rodean como un ser en evolución, también debo aprender a ver a los demás de la misma manera. Cada encuentro con otra persona es, en esencia, un encuentro con una nueva versión de ella, formada por las experiencias vividas en el tiempo transcurrido desde nuestra última interacción.
Hoy, al reflexionar sobre mi propio viaje, puedo afirmar con certeza que el yo de hace un año es un extraño para mí. Y es que, en el proceso de autodescubrimiento, cada día trae consigo una nueva oportunidad para redefinir quién soy, para liberarme de las cadenas del pasado y abrazar el cambio como una fuerza transformadora. Al hacerlo, no solo me redescubro, sino que también me acerco más a la esencia de lo que significa ser humano.
¿Y tú qué piensas? ¿Eres el/la mismo/a?
Escrito por. Tadeo Ortega
CAMBIO INEVITABLE
La frase de Oscar Wilde resuena en lo más profundo de mi ser, evocando una verdad que muchas veces preferimos ignorar: el cambio es inevitable, y el yo de ayer no es el mismo que el de hoy. Esta afirmación refleja una realidad universal, pero también profundamente personal, porque somos seres en constante transformación. Al observarme hoy, me doy cuenta de que, como lo expresó Heráclito siglos antes, "ningún hombre se baña dos veces en el mismo río", ya que tanto el río como el hombre han cambiado. Pero ¿qué implica realmente este cambio, y por qué es tan trascendental?
Durante el último año, la vida nos ha esculpido en una nueva versión, moldeada por las experiencias, las decisiones y los momentos de introspección.
La psicología nos enseña que la identidad no es estática, sino fluida, en constante construcción. Según Erik Erikson (1950). Cada desafío, cada pérdida y cada triunfo han dejado una marca en mi ser, forjando una nueva identidad que es, en esencia, diferente a la de hace un año.
Es importante reconocer que esta metamorfosis no es meramente externa; el cambio psicológico interno es profundo y complejo. Carl Jung (1961) sostenía que el individuo lleva en su inconsciente arquetipos y sombras que, al ser confrontadas, le permiten alcanzar un estado de mayor autoconciencia. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que he enfrentado mis propias sombras, mis miedos más profundos y mis patrones inconscientes. Ya no soy el mismo porque he decidido entrar en este abismo interno, enfrentar mis contradicciones y emerger con un entendimiento más amplio de mi ser.
He reconstruido mis esquemas, reajustando mis creencias y percepciones para alinearlas con mis nuevas realidades. Lo que antes me definía, ya no lo hace; y lo que antes parecía inmutable, ahora se ha disuelto en la fluidez del cambio.
Sin embargo, no siempre es fácil aceptar la transformación. Muchas veces, nos aferramos a la versión pasada de nosotros mismos, tal vez por miedo a lo desconocido o por la seguridad que lo familiar nos ofrece. Pero negar este cambio es negar la esencia de la vida misma. Como dijo Viktor Frankl (1946), "cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, estamos desafiados a cambiarnos a nosotros mismos". La resistencia al cambio es natural, pero también lo es la necesidad de evolucionar, y ha sido este último año una lección profunda sobre la aceptación de esa transformación inevitable.
Las cicatrices que llevo, las risas y las lágrimas acumuladas, son testimonio de una evolución que no pide permiso.
En última instancia, la frase de Wilde es una invitación a abandonar las nociones fijas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás. Así como espero ser visto por quienes me rodean como un ser en evolución, también debo aprender a ver a los demás de la misma manera. Cada encuentro con otra persona es, en esencia, un encuentro con una nueva versión de ella, formada por las experiencias vividas en el tiempo transcurrido desde nuestra última interacción.
Hoy, al reflexionar sobre mi propio viaje, puedo afirmar con certeza que el yo de hace un año es un extraño para mí. Y es que, en el proceso de autodescubrimiento, cada día trae consigo una nueva oportunidad para redefinir quién soy, para liberarme de las cadenas del pasado y abrazar el cambio como una fuerza transformadora. Al hacerlo, no solo me redescubro, sino que también me acerco más a la esencia de lo que significa ser humano.
¿Y tú qué piensas? ¿Eres el/la mismo/a?
destacados TG Ortega Grijalva