12/28/2025
Fiesta de la Sagrada Familia
Primera lectura: Sirácida 3, 3-7. 14-17a
La palabra insiste en gestos sencillos y exigentes a la vez: respeto, paciencia, cuidado, consuelo. No habla de perfección, sino de fidelidad en lo cotidiano. Honrar al padre y a la madre no se limita a palabras, sino que se expresa en obras, sobre todo cuando ya no pueden devolver nada. La promesa no es riqueza fácil, sino una vida reconciliada y una oración escuchada.
En el hogar de Jesús, junto a María y José, se vivió este mandamiento con sencillez y obediencia. Jesús creció sujeto a sus padres, aprendiendo en la vida diaria el valor del respeto y del cuidado mutuo. La Sagrada Familia nos muestra que la santidad se construye en la casa, en las relaciones reales, con sus límites y esfuerzos.
Señor, enséñanos a honrar a nuestros padres con obras concretas, a ser pacientes en la debilidad y agradecidos por la vida recibida. Que en nuestras familias no falte el respeto, el cuidado y la misericordia.
Mira tu propia historia familiar: ¿a qué gesto concreto te invita hoy esta palabra? Tal vez una llamada, una visita, un acto de paciencia o de perdón. Allí, en lo pequeño, se hace memoria viva de la Sagrada Familia.