
06/11/2025
🧡 Cómo romper patrones de crianza que hieren
“El cambio empieza en ti.”
Muchos de nosotros crecemos escuchando frases y actitudes que nos hieren:
“No llores.”
“Eres un problema.”
“Cállate.”
“Me decepcionas.”
Sin darnos cuenta, esas palabras se quedan en nuestro interior y, cuando nos convertimos en padres, madres o educadores, pueden salir en momentos de cansancio, estrés o miedo.
Pero hay una buena noticia: no estamos condenados a repetir lo que nos dolió.
Cada día tenemos la oportunidad de elegir una crianza diferente: más consciente, más amorosa, más humana.
⸻
🌿 5 pasos para romper el patrón:
1️⃣ Toma conciencia
Reconoce que todos tenemos heridas de la infancia. No es tu culpa haberlas recibido, pero sí es tu responsabilidad no pasarlas a tus hijos.
2️⃣ Observa tus reacciones
Cuando sientas que vas a decir algo que a ti te dolió escuchar, haz una pausa. Respira. Date un segundo para elegir otra respuesta.
3️⃣ Reformula tu lenguaje
Las palabras construyen la autoestima de tus hijos. Usa frases que validen, acompañen y enseñen en vez de humillar o descalificar.
Ejemplo:
• De “¡Siempre haces todo mal!” a “Este error es parte de aprender. Estoy contigo.”
4️⃣ Pide perdón cuando te equivoques
Pedir perdón no te quita autoridad; te da humanidad. Enseñas a tu hijo que nadie es perfecto y que reparar también es parte del amor.
Ejemplo:
• “Perdón por gritarte. Estoy aprendiendo a manejar mejor mi enojo. No eres el problema.”
5️⃣ Sana tu propio niño interior
Busca espacios para trabajar tus propias heridas (terapia, grupos de crianza consciente, libros, meditación).
No podemos dar a otros lo que no nos damos a nosotros mismos.
⸻
✨ Recuerda:
• Validar no es consentir todo, es acompañar.
• Los niños no necesitan padres perfectos, necesitan padres presentes.
• Cada frase que dices puede ser una herida… o un puente.
Cuando elegimos educar desde la conciencia, no solo criamos hijos más seguros y amorosos, también sanamos generaciones.
cuando sientas que vas a caer en el viejo patron de gritar…
Respiras y repites
Mi hijo no es mi enemigo.
Su llanto no es un desafío.
Su emoción no es un error.
Yo puedo elegir responder con amor, no con lo que me enseñaron.”
(Se puede repetir mentalmente o en voz baja en momentos difíciles.)