
09/10/2025
La viña
Y les dijo: — Id también vosotros a la viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. — (MATEO, 20:4)
Nadie podrá imaginar una Tierra llena de belleza y posibilidades, pero a la deriva en la inmensidad universal.
El planeta no es un barco sin rumbo.
Las colectividades humanas suelen caer en desorden, pero las leyes que rigen los destinos de la Casa Terrestre se expresan con absoluta armonía. Esta constatación nos ayuda a comprender que la Tierra es la viña de Jesús. Allí lo vemos trabajando desde la aurora de los siglos y allí somos testigos de la transformación de las criaturas que, de experiencia en experiencia, se integran en su divino amor.
La hermosa parábola de los servidores encierra conceptos profundos. En esencia, designa el lugar de los servicios humanos y se refiere al volumen de obligaciones que los aprendices recibieron del Maestro Divino.
Por ahora, los hombres conservan la ilusión de que el orbe puede ser escenario de hegemonías raciales o políticas, pero con el tiempo percibirán el clamoroso engaño, porque todos los hijos de la razón, corporificados en la Corteza de la Tierra, llevan consigo la tarea de contribuir para establecer un patrón de vida más elevado en el lugar donde actúan transitoriamente.
Dondequiera que estés, recuerda que te encuentras en la Viña de Cristo.
¿Vives rodeado de dificultad y de infortunio?
Trabaja por el bien general, aun así, porque el Señor concedió a cada colaborador el material conveniente y justo.
Emmanuel