
27/05/2025
Imagina crear una marca personal así de potente.
Lo que logró García Márquez en Cien Años de Soledad y lo que logran tantos escritores con sus personajes es muy parecido al trabajo de construcción de una .
Es construir un universo alrededor de una persona, a través del relato, de los detalles, y de las anécdotas. Es transmitir su sello personal, su estilo y su manera de ver el mundo a través de todo.
Es definirle un lenguaje propio, una voz, una esencia.
Mi primer “personaje” favorito de libros fue Papelucho. “Me miró con cara de lagartija” fue todo lo que tuvo que escribir en su diario para que yo me largara a reír al leerlo y lo sintiera “amigo”. A partir de ese momento, leía sus aventuras casi como si las protagonizara yo.
Han habido muchos más, de esos que te imaginas en detalle a través de las palabras, página a página.
También están las películas y series, con personajes que nos cautivan más allá de lo imaginado. Personajes que se vuelven referentes o que tocan a toda una generación gracias a un sello distintivo: un peinado (como “the Rachel”), una obsesión (como los Manolos de Carrie), o una forma muy particular de decir una frase tan común como “how you doin’?” (our dear Friend Joey).
Hay quienes ven la tarea de la marca personal como la construcción de un personaje. A mí me gusta verla como un camino más profundo aún: consiste en compartir lo que te hace única a través de los detalles presentes en el relato constante. Es abordar distintas áreas, dejando ver tu manera de mirar, de hacer, de dejar huella. Se trata de comprender la esencia y de sacarla a la luz, siempre.
Como periodista, he tomado decenas de cursos y talleres de redacción. He probado distintos estilos y he desarrollado una forma propia de escribir. Pero también he estudiado sobre cine y guiones. Y eso ha sido determinante a la hora de ayudar a marcas a transmitir.
¿Qué personaje de libro, cine o televisión dirías que tiene una gran marca personal?