La Parada Poética

La Parada Poética (Twitter e Instagram) La Parada Poética es un espacio para difundir, compartir y estimular a la creación poética.

30/08/2025

Un amor eterno

Un amor eterno es simple.
Es el amor de siempre mirarse
contraerse en un todo.
El amor de presentir el silencio.
El amor de aparentar la calma
de coincidir exactamente.
Es simple.
El amor eterno es simple.

Edgardo Carreño

29/08/2025

El hombre con sudores nocturnos

Despierto frío, yo, quien
Prospera a través de sueños calientes
Despierto siendo su residuo,
En sudor y aferrado a la sábana.

Mi carne era su propio escudo:
Donde se cortó, se curó.

Crecí mientras exploraba
El cuerpo en el que podía confiar
Mientras adoraba incluso
El riesgo que robusto hizo

Un mundo de maravillas en
Cada desafío a la piel.

No puedo sino arrepentirme
El escudo dado estaba roto,
Mi mente se redujo a premura,
Mi carne se redujo y naufragó.

Tengo que hacer la cama,
Pero en cambio me sorprendo

Parado y detenido donde estoy
Abrazando mi cuerpo
Como para protegerlo de
Los dolores que me atravesarán,

Como si las manos fuesen suficientes
Para detener esta avalancha.

Thom Gunn

29/08/2025

LA VIOLETA COMBATE

Si de niña –casi mala-
me entretuve en la libreta
simulando ser poeta
y luego quedé sin ala,
si cada sueño me tala,
si me hablan siempre de…,
si mi familia se fue
a doler bajo la nieve
¿soy feliz o no se atreve mi corazón?
Si en la soledad que rijo
para dárselo a la espada,
a la flor (ya es tarde y nada)
no me dio la carne un hijo;
si perdí en el acertijo
no me canso, no me hundo,
destilo un beso profundo,
salvo el odio, curo herida;
me vuelvo tierra parida
y madre de todo el mundo.
Si con la última gota
queriendo ser sangre aún
me diste, padre, un zunzún,
si de tu mano ya ignota
que me tiró la pelota
no he sabido ni sabré,
si del seno que mamé
sale imposible mi suerte,
si me ha citado la muerte:
¿estoy viviendo de qué?
Si el amor me hizo una cruz
y sigo aquí mal clavada,
si me ha durado la almohada
lo que al ciego pobre de luz;
si arranco del avestruz
una pluma y me la como,
si fuego cargo por lomo,
si me patea un suicida,
si cuando estudio la vida
no encuentro el segundo tomo….
¿Qué hago con sangre y luna?
¿cómo disimulo el lío?
¿dónde quitan tanto frío?
¿cuándo viene la fortuna?
¿quién me acuesta en esa tuna?
¿cuál es mi sombra además?
No me nieguen el quizás,
no me ensucien lo que brota,
no me tomen por id**ta,
no me respondan: jamás…
Algún dolor extraviado
me cayó en el sentimiento.
Llévatelo de aquí, viento.
Melancolía es pecado.
Cosas, cosas del pasado
hay que dejarlas volar.
Aún tengo guiño, lunar.
Si el ayer me vuelve vieja,
si me prostituye la queja
voy y los tiro en el mar.
Porque el débil todo lo pierde,
cualquiera llega y le priva
de la gaviota más viva,
de su derecho a lo verde.
Por eso, batalla, muerde,
oye la verdad que late;
y luego ven al rescate.
Hay que pensar en el futuro:
humilde, a pétalo duro,
ya la violeta combate.

Carilda Oliver Labra

28/08/2025

TRADICIÓN ORAL

Me gusta amarte hincada de rodillas.
Aquí, tan desde abajo, tan cerca de la tierra
reclamo el palpitar de tu cuidado
y centro de mi delicia en el transcurso.

No es de extrañar que el mundo sea redondo.
¿Qué forma iba a adoptar, sino la de mi boca?

Raquel Lanseros

28/08/2025

La infancia

A mí también me enseñaron a no gritar,
a no escuchar las conversaciones de los vecinos,
a cerrar bien las cortinas y, por la noche, las persianas,
a guardar el miedo dentro y no mostrar nada,
a sentir siempre para dentro.
Me mintieron
y la infancia feliz que no viví
es irrecuperable.

José Manuel Gallardo Parga

28/08/2025

MAPAS

Las manos de mi abuela eran mapas
que un experto en sutiles geografías
no podría ignorar, por su misterio.
Si me fijaba bien, sobre su ajada superficie
podía ver los ríos sin caudal
cruzar de lado a lado
como afluencias de luz que deslumbraban.
Y el muchacho que entonces las miraba orgulloso
por saberse una parte de aquel mundo,
pensaba que en el brillo de aquellos secadales
se cifraba el destino
que la vida, celosa, le tenía asignado.

Los mapas se mostraban quebradizos;
estaban hechos de una frágil materia
-semejante a los pétalos de secas amapolas-
y daban cuenta de un desierto
que tiempo atrás fue espacio
de huertas y humedales,
de haciendas generosas, campos fértiles.
Sus dedos eran largas y encorvadas penínsulas
rodeadas por mares de desolada bruma.
Si aquellas manos se giraban
-como gira la Tierra
por mostrarle a la luz su otra cara-,
había leves cordilleras
y mesetas muy áridas por el sol consumidas,
regiones devastadas por los años
que guardaban vestigios
del rastro imaginado y las ruinas
de lo que, alguna vez, fue un paraíso
de belleza sin límite.
Sé que en alguna parte
de aquella antigua orografía,
bajo el tiempo y la sombra
de aquella piel sembrada de infortunios,
se escondía un tesoro.
Yo las miraba atentamente
tratando de encontrar la marca que en el mapa
señalara el lugar donde yo descubriera
la razón de vivir y su sentido.
Pero en vano indagué,
porque aunque siempre tuve la certeza
de que ella escondía con cuidado
aquel secreto preciosísimo,
jamás nos dijo nada
para que así siguiéramos buscando
la promesa del oro que legara su sangre.

Mantengo la esperanza
de poder encontrarlo en los mapas que hoy
me revelan las manos
gastadas de mi padre.
O por qué no en las mías.

Ginés Aniorte

26/08/2025

VÉRTIGO

Vértigo
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ pieles
sin memoria
tú y yo
fundamos un reino
caemos
aquí
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ahora
silencio es tu nombre
nadie es el mío
tibios caracoles
​​ ​​ ​​ ​​​​ nos llaman
caemos​​
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ aquí​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ahora
pasado anterior
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ al primero de tus huesos
sal que deja blanco rastro​​
de mi lengua​​
en tu vientre
tal vez​​
nosotras
llovemos de pronto​​
tormenta
sabes a mar
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ a amarte​​
aquí​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ahora
saliva​​
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ tibia tu boca
siglos​​
​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ de espera
caemos​​
ahora​​
como lluvia caemos
lluviamos
silencio es tu nombre
nadie el mío

Sandra Lorenzano

26/08/2025

EL BESO (Capitulo 7 Rayuela)

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar

22/08/2025

GANÍMEDES

Te lo ruego: no me mires así.

No endulces tus palabras,

Ni caminen tus ojos ni caminen
tus ojos por mis pechos.
Ni derrames tus labios como copas de vino
en un mantel de seda adamascada.

No sonrías, no juegues a tenerme.

Me da miedo que Júpiter codicie
(licuando su deseo imaginario)
la vendimia en tu rostro.
Y que tus garras de águila
capturen el feraz torso convulso,
el néctar de tu boca.

Que no te rapten, no, bello Ganímedes.

Huyamos enseguida a la maleza
de un barranco perdido,
al baño de un café,
al vestidor de una tienda de ropa,
a la zona industrial de los suburbios.

Subamos
a un ascensor en marcha
y atascado
en la alarma temprana de tu cuerpo.

Fuguémonos por dios a nuestra casa.

Lola Irún

21/08/2025

Orfeo (1)

Caminabas por delante,
tirando de mí hacia afuera
hacia la luz verde a la que una vez le habían
crecido colmillos y me había matado.

Era obediente, pero
estaba pasmada; como un brazo
dormido; la vuelta
al tiempo no era cosa mía.

Para entonces estaba acostumbrada al silencio.
Aunque algo se extendía entre nosotros
como un susurro, como una soga:
mi nombre de antes
dicho con precisión.
Llevabas tu antigua cuerda
contigo, podrías llamarla amor,
y tu voz carnal.

Ante tus ojos tenías clara
la imagen de lo que querías
hacer de mí: de nuevo viva.
Era tu esperanza lo que me hacía seguir.

Yo era tu alucinación, atenta
y floral, y tú me cantabas:
ya se estaba formando nueva piel en mí
dentro del sudario luminoso entre brumas
de mi otro cuerpo; ya
había suciedad en mis manos y tenía sed.

Sólo pude ver la silueta
de tus hombros y tu cabeza,
negras contra la boca de la cueva,
no pude ver tu rostro
en absoluto, cuando te volviste

y me llamaste porque ya
me habías perdido. Lo último
que vi de ti fue un óvalo oscuro.
Aunque sabía cómo te iba a herir
este fracaso, tenía que
plegarme como una polilla gris y dejarte ir.

No podías creer que yo era más que tu eco.

Margaret Atwood

19/08/2025

Fractura

Tampoco es necesario.
Querernos cada tarde entre las olas,​​
hablar de profundísimos
poemas de otro siglo,
hablarnos en futuro, o en pequeño,​​
querernos siempre a tiempo.
Quizás baste con esto. Un poema
que no habla de ti pero que escribo
con tu pierna escayolada en mis rodillas.​​

María Paz Otero

19/08/2025

Lo breve



De aquí a algún tiempo
las cosas serán más breves.
Durará menos el beso que me das
cada noche antes del sueño. Iremos menos al mar,​​
quizás unos pocos días cuando el tiempo
lo permita. Charlaremos menos, tendremos​​
menos cosas que decirnos. Haremos más corto
el paseo por el barrio, durará menos la fiesta,​​
cenaremos un yogur. El día empezará más tarde
y acabará más temprano cuando seamos viejas.​​
Será breve el otoño y breve el invierno
y veremos preocupadas pasar rápido los años​​
cada año más breves. Nos quedaremos
dormidas en el cine, inventaremos el final
de las películas,
preferirás los haikus, claro,
a estos aburridos y larguísimos poemas.​​

María Paz Otero

Dirección

Caracas

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando La Parada Poética publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contacto La Empresa

Enviar un mensaje a La Parada Poética:

Compartir

Categoría