28/01/2021
CUANDO CONOCIMOS SUR DEL LAGO
Antes de que el surgiera como Epifanía en nuestras vidas, jamás oímos hablar del "Sur del Lago". De pronto, la premura por descubrir el ADN ancestral de sus cacaos nos hizo tomar dos aviones y seis horas de carretera por una vía laaarga, interminable, en las que solo cabía una pregunta: "Dios mío, ¿Cuánto falta?"
Por fin llegamos a "Caja Seca", el lugar donde por primera vez tuve frente a mí toneladas de semillas fermentadas y secas. Fue cuando descubrí que el cacao huele a fuerza, huele rudo, te invade la nariz y te calienta el cuerpo con su humedad. Allí pensé: "el cacao huele a macho".
A la aventura me acompañó Joselina Rodríguez, mi periodista de ese entonces y quien como Rintintín no dudó ni un segundo en pegarse a la travesía.
Foto 1: Primera vez en el único banco de germoplasma de Cacao Porcelana del planeta, el santuario de los chocolatiers más exigentes. Ahí estaba yo, sosteniendo una plantita de Porcelana como quien va al huerto a buscar albahaca pa´la salsa... Vale destacar que el look estilo en La Dueña, (en pleno manicomio) fue cortesía del recontramamante viaje de 200 horas.
Foto 2: Joselina tomando fotos cual extranjera maravillada ante cacaos rojitos y puros como el amor cuando inicia.
Foto 3: Un mujerón, Doña Iraima Chacón, celosa guardiana del Porcelana.
Foto 4: A quien mucho agradecimos por su trato de gentleman, Armando Parra, dueño de uno de los centros de beneficio de cacao más grande y hermoso que mis ojos han visto hasta hoy
Foto 5: Iraima preparándonos cacao PORCELANA caliente. Un gesto tan bello como honorable.
Foto 6: El cacao de Iraima, una fiesta de semillas y mazorcas rodeando la taza llena de lo que podría ser el progreso de Venezuela
Foto 7: El Porcelana, "el Chanel de los cacaos", el museo en el paladar.
Me prometí volver y así lo hice, llevando a Fernando y a mi Dani a conocer Sur del Lago. Y así fue. Luego les contaré de la segunda parte, quizá mejor que la primera.