21/05/2025
Otra versión sobre el Pepe
Pepe Mujica al desnudo: anciano malévolo y canalla, a quien toda la derecha terminó adorando, igual que a un Lula, Boric,…
Publicado por: Jose Sant Roz:
Puedo decir todo esto sin ambages, porque no me lo impide ningún compromiso partidista.
Primero la cogieron con que el anciano Pepe Mujica era el más pobre del planeta Tierra, descrito como «el jefe de Estado más humilde del mundo», el presidente filósofo, más filósofo que Diógenes, el que nunca tuvo medio en su bolsillo, que andaba en una carcacha de Volkswagen con los cauchos lisos, tronando porque no tenía tubo de escape y temblándole cada lata porque le fallaban las bujías, el pistón, el cigüeñal, el arranque. ¿Y por qué no se buscaba un b***o o una bicicleta para trasladarse, siendo de los más pobre del mundo? O porqué sencillamente no andaba a pie. Existen miles de millones en este planeta, por supuesto, que eran mil veces más pobre que él. Pero insistía la gran prensa que el POBRE PEPE MUJICA no tenía siquiera cómo comprarles un par de bujías usadas a su carcacha. Pero entonces, así y todo, aquel Diógenes no le dijo al rey Juan Carlos que se apartara porque le quitaba la luz. No señor, aquel POBRE se daba el lujo de que llegaban a visitarlo, en su chacra de ser pobrísimo, personajes, insistimos, como el ex rey Juan Carlos de España, un sinvergüenza y asesino de elefantes, el más grande ladrón de Europa, quien resultó ser uno de sus más enternecidos, hermano del alma. No podemos creer que este ladronazo lo hubiese pasado una limosna, tan católico como era. Pero, ¡Ay!, el pobrecito de Pepe no tenía ni con qué darle un cafecito o un tecito, a quien lo visitaba.
Pero que descaro, cómo presumía de su pobreza, el viejecito, ¡carajo! Pantalones jeams raídos, zapatos de tenis descascarados y unas jamugas percutidas. Y entonces también le dio por decir que era de izquierda, porque venía, de hace mucho tiempo atrás, de luchar en el Movimiento de Liberación Tupamaro y lo habían torturado y sufrido muchísimo, lo cual es muy respetable. Hasta ahí estuvo bien la cosa.
Cuando en marzo de 2015, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó aquella orden ejecutiva, de emergencia nacional, en la que declaraba a Venezuela una amenaza «inusual y extraordinaria» a la seguridad nacional de Estados Unidos, entonces aquel hombre pobrísimo, en las últimas por el hambre que estaba pasando, raquítico, ¡INCREÍBLE! también se abalanzó junto con el Goliat del Norte para atacarnos, para ver si de una buena vez nos destrozaban. Con su verbo agudo y afilado, aquel don Pepe Mujica, contundentemente se embanderó con su hermano del alma Luis Almagro (tan izquierdista como él) y al unísono ambos dijeron que Maduro estaba MÁS LOCO QUE UNA CABRA. Entonces toda la derecha del mundo aplaudió que valiente gesto del HOMBRE MÁS POBRE DEL MUNDO, dijo que Pepe Mujica era un genio, el más grande demócrata de América del Sur. Fue una época en que nosotros en Venezuela pasábamos la más horrenda penuria (en dos siglos). la gente se moría en los hospitales porque no teníamos medicinas y por el bloqueo de los gringos y europeos también todos los aparatos no podían ser reparados. Millones huyeron enloquecidos por los cuatro costados del país, porque ciertamente nos quedamos sin nada. No entraba un dólar por la venta de petróleo, pero el HOMBRE MÁS POBRE DEL MUNDO, el que mejor conocía la pobreza en el planeta Tierra, insistía en que aquí teníamos una dictadura y el presidente Maduro debía ser derrocado. Es decir, que para salir de abajo tenía que venir a gobernarnos un fascista demente como Leopoldo López o una fascista como María Corina Machado. Así pensaba aquel misérrimo uruguayo.
Entonces, el paupérrimo de don Pepe Mujica, junto con Almagro, junto con Piñera y Bolsonaro, junto los narcotraficantes de Álvaro Uribe Vélez Iván Duque, Juan Guaidó y Leopoldo López, junto con toda aquella mi**da del Grupo de Lima y de la OEA, proclamaban a los cuatro vientos que Venezuela debía ser invadida, intervenida por las fuerzas democráticas de Occidente. De hecho, nos invadieron mediante la Operación Gedeón y con un caballo de Troya “humanitario” por la frontera con Colombia, por Cúcuta. Pero aquel viejito en andrajos, en su chacra, cosechando unos tomaticos, y cuidando tres gallinitas para poder hacerse una tortillita, declaraba sin cesar que Venezuela estaba cansada del gobierno autoritario de Maduro. Pero este mismo pobrísimo hombre, nada decía de Dina Boluarte, y jamás dijo nada duro y severo contra Jeanine Áñez, contra el pajudo Boric, el Noboa, el Bukele o el mentecato de Milei.
Todo esto me lo inspira un artículo de Ismael Noé titulado “Las «costuras», en el que refiere que no deja de asombrarle “un video homenaje al recién fallecido ex presidente uruguayo José «pepe» Mujica. El mismo tiene como fondo musical «La canción del elegido» de Silvio Rodríguez, una melodía dedicada en su momento a la memoria del revolucionario cubano Abel Santamaria, capturado y asesinado al inicio de la revolución cubana. Allí aparece Mujica acompañado de su antiguo pupilo Luis Almagro en cordial visita al papa Bergoglio”. Debo decir, que en este mundo no ha habido un canalla y un hijo de p**a más miserable que Luis Almagro, uña y carne de don Pepe Mujica.
Pero como digo, a don Pepe Mujica lo terminó queriendo más la derecha que la propia izquierda, resulta que hasta el peruano Jaime Bayle echó unos cuantos mocos por su partida, llamándole «El gran socialista de derecha». Agrega Ismael Noé: “Hemos de reconocer que el ex guerrillero tupamaro desarrolló en su última etapa un excelente discurso en el mejor estilo de un coaching de autoayuda que el mismo Bernardo Stamateas o el criollo Carlos Fraga envidiarían”.
Y vuelvo a citar a Ismael Noé quien estampa de Camilo Márquez, lo siguiente: «El fondo de toda la filosofía de José Mujica es la resignación, el culto al consumo exiguo o al subconsumo y la esperanza sacerdotal en enternecer a la clase que acapara la riqueza, para que ceda voluntariamente una parte de esa riqueza que obtiene de la explotación capitalista… La autoridad política que le otorgaba su pasado de lucha y su verdadero calvario en la prisión, la puso al servicio de la integración de la izquierda al Estado y el capitalismo».
Y lo del pensador vasco Iñaqui Gil de San Vicente es contundentemente esclarecedor: «Mujica no se recompuso en la vida. El sistema lo vio como completamente manipulable, y lo convirtió en un referente para frenar cualquier proceso revolucionario, armado o no». En ese sentido, criticó la manera en que se proyectó la figura del expresidente uruguayo: «No tenía capacidad, pero los mecanismos de prensa lo presentaron como un líder». Agregando Ismael Noé que en el análisis, Gil considera que Mujica fue parte de una estrategia sistemática de neutralización de movimientos revolucionarios. «Uruguay estaba en una situación tensa, y su ascenso fue útil para desactivar esa tensión. Ayudó a imponer un frente único que luego se replicó en otros países», señaló, haciendo paralelismos con intentos similares en Euskal Herria. Y esta perla que desnuda al hombre más pobre del mundo jamás conocido: “La intervención de Iñaki Gil también incluyó un análisis del rol de los medios de comunicación. Coincidió con la opinión «Si todos los medios occidentales hablaban maravillas de Mujica mientras atacaban con saña a Chávez, a Cuba, a Nicaragua, entonces está claro para quién trabajaba realmente». También lo acusó de colaborar discursivamente con las agendas del imperialismo, apuntando a sus declaraciones contra movimientos como Hamás o gobiernos como el de Venezuela…. Ismael Noé: “Aquí en Venezuela, recibo las impresiones de algunos amigos: «Ese viejito, al final de la carrera se creyó que el mundo giraba a su alrededor y se cago en su propio legado». «Ese señor nos engañó a todos, al final de su vida se le vieron las costuras»
