28/01/2024
Ante el hecho de que la zulianidad se ha convertido en motivo de celebración, tema de discusión y hasta proyecto político, resolvimos abrir una ventana en la pantalla para dar curso a ideas, elementos, personajes y planteamientos relacionados con esta materia. Esperamos, de este modo, colaborar en la comprensión de un término que ciertamente se ha popularizado y, en casos, hasta se ha deformado; y, finalmente, deseamos complacer al doctor Américo Gollo, filósofo, promotor cultural y hacedor de hermosos y permanentes textos sobre el Zulia, que –como muchos- se desvive tratando de encontrarle sentido a un término que ha designado del mismo modo a un arroz con mango -a calle cerrada- en un barrio de Maracaibo que a una solemne conferencia de Lombardi en el auditorio del Maczul.
Decretado
Instaurado en el año 2002 por un decreto del entonces gobernador, Manuel Rosales, cada 28 de enero se conmemora el Día de la Zulianidad.
Este día se conmemora la decisión de la Provincia de Maracaibo del 28 de enero de 1821 cuando, en Cabildo abierto, dispone declararse República Democrática, libre e independiente del dominio español. Y bajo tal condición, anexarse al proyecto de la Gran Colombia, sumándose a todos los pueblos vecinos
Declaración de Independencia de la Provincia de Maracaibo
El ciudadano Francisco Delgado, Gobernador Político, intendente y Comandante Militar, provisionalmente a nombre del pueblo, hago saber al público el acta siguiente: “El Muy Ilustre Ayuntamiento de esta ciudad de Maracaibo, a 28 de enero de 1821, reunido en Cabildo abierto, en la sala consistorial para tratar y resolver lo que sea más conveniente a la salud pública, orden y gobierno de este pueblo, después de discutir y conferenciar lo que cada uno de sus individuos tuvo a bien exponer sobre el tocado objeto, teniendo en consideración que siendo la primera más noble en su representación, poner y restituir al pueblo en el uso y goce de su libertad soberana, para darse el gobierno que le sea más grato y conveniente; cuando se haya convencido esta Corporación del anonadamiento y degradación política en que el gobierno de España mantiene a los pueblos de América, que están bajo su ominosa degradación, sólo por el poder opresivo de sus mandatarios, a tiempo que es ominoso demostrar la impotencia que ha tenido, tiene y tendrá siempre con la España de dar la felicidad a este grande y distante continente; acordó ante M.G.Q.: que protestando como protestan ante el Ser Supremo la sinceridad y justicia de sus sentimientos, debe en su consecuencia declarar como declara el pueblo de Maracaibo, libre e independiente del gobierno español, cualquiera que sea su forma desde este momento en adelante y, en virtud de su soberana libertad se constituye en República Democrática y se une por los vínculos del pacto social a todos los pueblos vecinos y continentales que bajo la denominación de República de Colombia defienden su libertad en independencia bajo las leyes imprescriptibles de la naturaleza. Publíquese el presente acuerdo por bando a son de caja, repique de campanas y todas las demostraciones de gozo y alegría que haya a bien prevenir el ciudadano Francisco Delgado, en quien provisionalmente y hasta que la autoridad de la República organice el gobierno de este pueblo, se le encarga a nombre de él, del gobierno político, militar e intendencia para que sostenga su libertad e independencia y cuide de su seguridad y tranquilidad. Así lo proclama este pueblo reunido en plaza pública, y los padres de familia y demás personas que quisieran entrar en la sala del cabildo.
Firmado: Presidente: Bernardo de Echeverría. Regidores: Manuel Benítez, Bruno Ortega, José Ignacio González Acuña, Ignacio Palenzuela, Miguel Vera, Manuel Ramírez. Síndico Primero: Juan Ignacio Suárez. Procurador: Mariano Troconis.
Tomado de Carlos Medina Chirinos. Por los surcos de antaño. Maracaibo, 1943. Pp. 54-55.
ZULIANIDAD
El uso del término zulianidad no es reciente. En las primeras décadas del siglo XX fue bandera de un notable hombre venido de Trujillo a quien, sin embargo, se conoció como el más zuliano de todos los zulianos: Abraham Belloso Rosell, quien a la hora de su muerte ocupaba el Centro Histórico del Zulia. En sus discursos y editoriales fue un impenitente defensor de los derechos regionales.
“Nuestra observación se refiere, especialmente, -escribía en una oportunidad- a ciertas características espaciales, naturales de nuestro sector, a la índole de nuestro pueblo porque esas características que le son particulares se conservan sobre las evoluciones y revoluciones sociales”.
Y habló reiteradamente sobre el regionalismo sano del Zulia que “constituyó el eje propulsor del progreso…”
Esa diferenciación del pueblo zuliano también ha sido permanentemente notada por observadores extraños. En 1937, cuando López Contreras visitó al Zulia con motivo de la tragedia de la Ana Cecilia, expresó:
“Yo admiro ese sentimiento regionalista del pueblo zuliano. Y en mis ideales de Magistrado quisiera que los demás pueblos de la Nación lo cultivaran con igual esmero; porque de ese anhelar la propia superación, surgiría la emulación para el bien; serían como fuerzas que, lanzadas en una misma dirección, concurrirían a un mismo centro. Allí donde la patria única se nos muestra llena de majestad y envuelta en su manto de gloria.”
Zulianidad es sinónimo de Identidad regional; pero podría decirse, por ejemplo, que la zulianidad es el apego del zuliano a lo propio. No obstante, hay respetados historiadores, como Rutilio Ortega, que definen el término: “Es –dice- la conciencia del ser regional. Es el sentimiento de que somos distintos y de que hay elementos que nos unen. La zulianidad está presente en nosotros porque existe en la memoria colectiva del zuliano”.
Este hecho parte de circunstancias históricas, de situaciones geográficas que fueron dibujando un modo de ser, de pensar, de actuar, de creer que lo diferencian del resto del país.
Algunas de estas circunstancias –quizás las más sobresalientes- fueron de carácter geográfico: su ubicación, en primer término. El territorio que hoy ocupa el estado Zulia –entonces Provincia de Maracaibo- es una cuenca rodeada de montañas por el este, el oeste y el sur; montañas que lo aíslan del resto de las provincias que luego formarían el territorio venezolano.
Este aislamiento secular obligó a sus habitantes a ser autosuficientes para abastecerse, para relacionarse y para gobernarse.
Su único vínculo geográfico es el Lago. Y esto es lo que hace que, entre el siglo XVII y el XIX se conforme un espacio geo-histórico, compuesto por la Provincia de Maracaibo, los actuales estados andinos, parte de Barinas y los valles de Cúcuta y Santander, con cuyas sociedades establece nexos mercantiles, económicos y hasta familiares.
Y tiene como resultado que, como dice Germán Cardozo, “a pesar de los controles: primero del gobierno español y luego de las autoridades republicanas instaladas en Caracas, la región histórica marabina permanece controlado comercial y económicamente por la élite local que, además, ostenta el poder político”.
En el siglo XVI, cuando Alonso de Ojeda alcanza la Laguna de Maracaibo, numerosos grupos de indígenas habitaban estas orillas. Y cuando los extranjeros se empeñan en sembrarse en este lado occidental del Lago, luchan a muerte por conservar sus poblados. Esa es la razón por la cual Maracaibo debe ser fundada en tres oportunidades. Un pirata llamado Esquemeling descubre la causa: Maracaibo, dice en 1636, es un puerto natural.
Ya en el siglo XVI, se había pretendido establecer una vía más expedita que permitiera la salida al mar desde los andes y que sustituyera la vía fluvial del Magdalena.
La fundación de Mérida significó la apertura de un camino hacia la zona sur del Lago de Maracaibo. Camino que usaron los productores andinos para la salida de sus productos desde los páramos hacia el Lago a través de las llanuras de Gibraltar, que fue el primer poblado que se convirtió en el principal puerto lacustre.
Las zonas andinas eran altamente productivas. Y sus productos bajan por los caminos de recua hacia los ríos y de estos al lago, donde se va formando una cadena de puertos, De estos pequeños puertos, los productos llegan a Maracaibo, que va creciendo como centro de acopio y distribución de productos.
Pero la demanda de productos manufacturados de esos mismos poblados origina que Maracaibo no sólo sea puerto de exportación de esos productos, sino también de importación de otros que demandaban desde los principales puertos y mercados del mundo.
Así, durante los siglos XVI, XVII y XVIII se va conformando una red comercial que abarca toda la cuenca el Lago; los estados andinos; las zonas llaneras de occidente, como Barinas; y los valles de Cúcuta y Santander. Los historiadores la han calificado como hinterland, es decir la zona de cobertura, pero con interdependencia.
Dadas estas circunstancias, la Provincia de Maracaibo se convierte en una sociedad próspera, autosuficiente y determinada; razón por la cual no tiene puntos de encuentro con los blancos criollos caraqueños que promovían la separación del régimen español de la colonia. Y esa es la causa de que Maracaibo no sólo participa apenas tímidamente en los movimientos de independencia de 1810-1811, sino que, en ocasiones, se opone abiertamente a ellos.
De hecho, en agosto de 1808, ante los enfrentamientos bélicos en España, el Gobernador Miyares junto a los capitulares del Cabildo, acuerdan remitir a España todo tipo de frutos y dinero, donados por comerciantes, labradores y vecinos, a fin de atender las urgencias de la guerra.
Luego, en mayo de 1810, la élite maracaibera representada en su Cabildo decide crear una organización para brindar apoyo y lealtad al Rey, tras los sucesos del 19 de abril en Caracas. Y deciden no llamar Junta a esta sociedad para que no se confunda con aquella.
Finalmente, aunque Venezuela se independiza de España en 1811, no será hasta 1821 cuando el ayuntamiento de Maracaibo declara a esta provincia “libre e independiente del gobierno español, constituyéndose en República Democrática”; y se suma a la Gran Colombia en igualdad de condiciones con Nueva Granada, Venezuela y Ecuador. Esto ocurrió el 28 de enero de ese año y es lo que celebramos el día de la Zulianidad.
Así es como, a partir de sus circunstancias, en ella se formó una sociedad civil dedicada al trabajo, sin las constantes luchas militares que agobiaron a otras regiones del país. “El conglomerado marabino, asegura Belín Vázquez, canalizó sus esfuerzos hacia el trabajo y el quehacer civil, cerrándose el camino de la aventura militar y el éxodo de habitantes hacia las correrías, asonadas y montoneras”.
Cuando finaliza la guerra de independencia, Maracaibo es entonces una Provincia próspera y autosuficiente mientras el resto del país permanece asolado. Es así como el poder central empieza a poner sus ojos sobre la aduana marabina e inicia un permanente acoso que, secularmente, ha acrecentado el sentimiento de conciencia regional.
Por eso, en el siglo XIX se dan varios movimientos separatistas. Exactamente cada vez que el poder central intentó afectar los intereses regionales.
Estas iniciativas separatistas se basaban no sólo en las confrontaciones con el gobierno central sino en la indestructible convicción de poseer condiciones económicas y geográficas que posibilitan su existencia como Estado soberano.
La frase del Gobernador Jorge Sutherland en 1863, al propiciar un intento separatista, lo demuestra:
"No más consideraciones, maracaiberos; la lealtad no nos ordena el suicidio. Rompamos los lazos, proclamemos la independencia".
También en los siglos XIX y XX permanecen los atropellos centralistas: “como en los años de 1874 a 1877, cuando Guzmán Blanco, en un acto totalmente contrario a la autonomía del Estado Federal del Zulia, cerró la aduana de Maracaibo y la trasladó a Puerto Cabello. Gesto que repitió al reasumir el Gobierno del país quitándole al Zulia su condición de estado, anexándolo al estado Falcón desde 1881 hasta 1890, y trasladando su capital a la apartada y desértica población de Capatárida”. O el Cabito Castro, que cerró la Universidad del Zulia y decretó el monopolio de la fabricación del ci******lo, arruinando decenas de familias zulianas que vivían de esta actividad que constituía una de sus industrias.
Posteriormente, con la aparición del petróleo a comienzos del siglo pasado, la construcción de la carretera trasandina y la centralización de las aduanas por parte de Gómez se genera el inicio de la muerte del circuito agroexportador que, por siglos, hizo de Maracaibo un centro exportador e importador de una vasta zona y que lo vinculó tradicionalmente a los principales puertos del mundo, trayendo la civilitud y el desarrollo.
De hecho, Maracaibo se ha caracterizado por el pionerismo: primera ciudad en contar con alumbrado público en Latinoamérica; la primera compañía de seguros, los primeros teléfonos; donde se realizó la primera operación de alta cirugía en el país; y se inició el cine venezolano; donde aterrizó el primer hidroavión.
Y de todos estos hechos, el zuliano guarda registro en la memoria colectiva. Pero los ataques del centralismo también alcanzaron el entramado social. La escuela formal atacó su manera de hablar, por ejemplo. Resultado: dos formas de hablar. Estudios realizados revelan que, a pesar de los continuos ataques al voseo, en el zuliano se perciben dos formas de lenguaje: una social y otra familiar. Lo que traduce una forma de resistencia.
El Proyecto Nacional se consolida en el siglo XX. Mientras el Zulia, así bautizado desde 1864 (que siempre se llamó Maracaibo), continúa manteniendo su actitud defensiva frente a los ataques del centro.
Y así, a finales de los años sesenta y principios de los setenta se generó una reacción en cadena que demuestra la pervivencia de un sentimiento regional productivo: en el Zulia nacen la primera Corporación de Desarrollo y el primer Bloque Parlamentario del país; Maracaibo es designada capital científica de Venezuela en razón de que esta ciudad inicia la historia de los transplantes en el país; se crea el Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia y el Centro de Estudios Zulianos adscrito a la Biblioteca Pública Central; se inicia la lucha por la aprobación de una Ley de Desarrollo Regional y se oye por primera vez el reclamo de una asignación especial en razón de la riqueza minera de las regiones; surge el maracuchismo-leninismo como manifestación literaria local; y se escucha por primera vez La Grey Zuliana, considerado el Himno Moderno de Zulianidad.
De hecho, en el siglo XX, aunque no se ocurrieron intentos serios de secesionismo, prevaleció una aspiración autonomista asentada en la diferencia entre lo que el Zulia tributa a la nación y lo que ésta le devuelve. El Zulia contribuye con el 15 por ciento del PTB nacional. Es productor principal de petróleo, carbón y otros minerales. Es primer proveedor de plátanos, leche, carne, huevos, frutas.
No es nada casual que el Zulia constituyó la única región que coincidía plenamente con la delimitación político-territorial del estado: el Zulia sigue siendo un espacio geohistórico como el que reseña su historia.
Y éste es un reto frente a las nuevas propuestas relacionadas con la división político-territorial del país. Uno siente que frente a diferentes concepciones espaciales, el Zulia mantendrá su territorialidad, la que siempre le ha correspondido. Y su conciencia de ser regional. Esta sería la gran prueba de la zulianidad.
Noé González, en un artículo que titulaba Regionalismo Alado, señalaba recientemente: Es posible que el regionalismo sea el bastión idiosincrásico de nuestro sentir al que ha quedado reducido el sentimiento autonómico que se fundó en los siglos XVIII y XIX y que en palabras de la Junta Reivindicadora de la Autonomía del Zulia (1890) "en el pueblo es un instinto y en todos los zulianos constituye una pasión”.
Así, pues, es la autonomía o la autodeterminación la reivindicación política e histórica por excelencia, más allá de la dimensión fiscal/presupuestaria, todavía a la espera de un proyecto de región, de sociedad y de gobierno cargados de pueblo zuliano que abra los horizontes de su realización.
Suscribo este planteamiento.
ZULIANIDAD QUE ES QUE NO ES.
Américo Gollo Chávez.
La Zulianidad más que definiciones en su sentido estricto, los hechos culturales en su amplio sentido, requieren determinaciones, lo cual, a juicio de buenos pensadores es también un buen método y para el caso, quizá, sea el mejor. Séanos permitido trabajar por opuestos.
LO QUE NO ES
Lo que no es. No es en modo alguno asimilable a los nacionalismos que, de alguna manera, reafirman los modernos estados nacionales de Europa. La ausencia de espacio me obliga a señalarles que a tal efecto es necesario estudiar el elocuente trabajo de Eric Hobsbawm, La era de la revolución 1789-1848. Pgs. 138 a 150. Editorial Crítica 1977. Nada en común ni en el heterogéneo universo cultural histórico, en la necesidad de reafirmar su libertad en la medida en que se superan sus limites externos, aspectos de reafirmación psicosocial, etc., desconocidos fuera de esos espacios, pues, incluso los nacionalismos del Este europeo son mucho más asunciones políticas que un complejo proceso de génesis que los identifique. Menos aún aproximaciones a ulteriores desarrollos que engendran allí (también por muy otras variadas razones) el racismo, el chauvinismo, más tarde, hasta pudiésemos afirmar que ideolemas como los de nazismo o cosas monstruosas de esa índole. Pero, digámoslo con igual fuerza, procesos culturales, literarios, filosóficos también complejos pero en donde la especificidad “nacional” se hace presente y tantas veces patética.
Nada tenemos que ver con las autonomías, a la española, por ejemplo, de una complejidad no resuelta aún, pero que hacen de España uno de los más importantes experimentos cultural políticos de esta era. Menos pudiéramos asimilarla a procesos como los de los serbios…Y, desde luego, no pueden compararse con los movimientos indigenistas, tragicómicamente marcados en sus procesos políticos por las ideologías más primitivas de los nacionalismos y otras severas enfermedades europeas.
Rechazo absoluto identificarla con el llamado regionalismo, pedestre enfermedad que ha sido muy bien definida por Ortega y Gasset, como parroquianismo, es decir, como creerse el centro del mundo, su ombligo y ver al mundo desde esa oquedad con los ojos ciegos. Ser lo mejor aun cuando se es nada. No asimilar lo bello y bueno que sea ajeno, porque se considera superior cualquier cosa de la parroquia hecha. Creerse, como dicen los amantes de la coca, la última coca cola del desierto.
Tampoco es el modo en que algunos la conciben desde fuera: el ser petulante, obsceno, mordaz, irrespetuoso, grotesco, iconoclasta… Y muy mucho menos SEPARATISTA. Lo que es lo mismo, desarraigo patrio, desamor al conjunto. En una palabra, negación de Venezuela, llámese ahora RBV o, como fuera antes o EUV, antes de antes.
Desde luego que de alguna manera, estas acusaciones pueden explicarse según sea la superficialidad del discurso, pero ninguna de cualquiera de esos atributos aguanta un análisis cualitativamente fundamentado. En mis ensayos ¿Existe el Zulia?, Florentino y la Chinita y una antigua obra sobre San Benito, que hiciésemos con Laffer, nos hemos encargado, de manera cuidadosa, y no por ello libre de errores, de acercarnos al ser zuliano, al serse zuliano. Como dije arriba, no puedo extenderme en estas consideraciones y el lector deberá, si a bien tiene, consultar mis trabajo (y otros) pero creo que los míos sobre el tema son los más amplios (no se si entre los buenos, pero eso busqué en ellos).
Lo mas sencillo para dar una primera aproximación, determinación, sería decir NO SOMOS ESO. Al final redondearemos la oración, por ahora, le ruego que me sigan.
LO QUE SÍ ES
LO QU SÍ ES.
Mi amigo Luis Hómez, con quien polemicé intensamente sobre el tema y quedan testimonios, me dijo: La zulianidad soy yo y corrigió con exactitud, se hace en mí. Nacido acá, “musiues” sus cercanos ascendientes, estudiado acá, en Estados Unidos, en Paris, en Londres, tocaba el piano (Mozart su preferido) a medias la guitarra, el tambor, el furro de la gaita… La zulianidad son Fernández Moran, Rodríguez Iturbe (cualquiera de ellos, los Rodríguez Iturbe, no nacidos acá, hasta donde se), Alexys y mi hijo Simón, Barradas, Polanco, Colina, y tantos miles mas con su música a cuestas llevando el Zulia al Mundo, trayendo el mundo al Zulia…El gocho Benítez, Manuel León…Paco Hung, Soto, Figueroa, los Belloso, Amado, los Pineda, Baralt, Lossada, Borjas Romero, Aniyar, Hesnor, Cuevas, César, Lida, Roñoquero, Mamblea, Imelda, Titán, Niño, Dámaso C, Heraclio F, Astolfo, Aparicio, Millares Carlo, Briner, R. Rincón, Sandoval, Bellorin, LUZ, Panorama… y mil y mil veces mil más al cubo, el Che Andrés García, el bueno, arquitecto, y mil “extranjeros” más que aquí sembrados quedan con su amor y sus obras. Mi familia toda, la tuya, la de todos que hacen del trabajo la mejor virtud; de la honestidad su modo de existir; de la bondad su manera de ser; de su habla la identidad suprema con su dignidad; de su rebeldía su modo de vivir; su conducta esencial su amor a la vida que se debe vivir…Nuestros hijos afuera con su bandera en alto y su memoria abierta aferrada a su tierra. Un inmenso amor por Venezuela, que hace del Zulia la casa del andino, el coriano, el llanero, el central, el oriental, el gr**go, el europeo, el judío, el árabe, el chino y mas y mas… y aquí vivimos como que es todo nuestro cada venido y aquí nos hicimos y el árbol que se sembró para que al crecer nos devolviéramos, creció, y tantas veces con su sombra cubre cuerpos que escogieron esta tierra para que con su fuego sea fácil renacer.
Las otras cosas no son de estas tierras, las han cultivado para que no sea más como es ni como son y somos: una ideología que le inventaron para que se alejara de su Lago, olvidara La Sierra, se sintiera contento en su desdicha, al asumir que somos …los primeros de … la primera ciudad … todo eso lo inventaron para que fuese fácil descalificarnos y peor que ello sentirnos satisfechos con la aldea.
Si se quiere que la zulianidad sea como es en sus valores éticos, artísticos, científicos, humanos en una palabra, ES tarea inmediata la puesta en vigencia total de su ley de Cultura, manos a la obra para salvar definitivamente el Lago, la ejecución del proyecto ferroviario bajo una concepción cultural, política, histórica de altas dimensiones. Puerto de Aguas Profundas, Salvar su agricultura, su ganadería. Hacer del Zulia la casa del CONSENSO surgido del debate creador, el trabajo común con el más alto propósito de hacer cada vez mejor al país, al hombre nuestro, siendo cada vez mejores y más mas buenos, ya no puedo decirlo de mejor modo! Ni de otro modo. Perdonen los puristas.
DOS NOTAS NECESARIAS.
NB: 1.Pido excusas a tanto zuliano, acá nacido o acá venido, que no he incluido en la lista de ejemplos. No hay mezquindad ni subvaloración, sois tantos y tan buenos que no termina nunca esta lista, y sabréis perdonarme. El Maestro Arconada, Alexiys Blanco, Enrique León, Blas, Lombardi, JA Martín, Lula, Gustavo Pineda, Havid, Eduardo, Hugo, Gladys, Ocando, que están presentes me ayudarán a hacerla y aun faltaría mil más que huelen a esta tierra y colman estos espacios con la belleza de su alma plena.
2. La co-autoría de Simón, a quien vaya este reconocimiento muy especial, surge de haber tenido con él, a la luz de la casa, en la mesa, la biblioteca, al lado de su mamá, interrogantes fundamentales que acá se recogen en parte y que responde a la condición de su propia existencia. A los 11 años continúa sus estudios, los musicales especialmente, en Europa, y con ese mundo a cuestas exhibe el orgullo de ser de aquí por pertenecer a estas tierras. Panorama, en una de sus bellas ediciones donde reconoce a nuestros jóvenes valores, recoge su honra y satisfacción de ser zuliano y de anhelar para toda la juventud y gente de la patria este especial modo de ser, tan de aquí, tan universal. Del mismo modo piensa Lise, residente con tantos años allá en Europa y Gerardo, en Canadá. Los demás, todos, incluido Américo nacido en Caracas reiteran, con mi hijo ya ido, Gustavo: Mi Maracaibo es el cielo…pero aman intensamente a sus huéspedes del mundo!..