28/05/2025
¿Estamos Respondiendo a la Palabra?
Es posible que, al ser expuestos a una palabra, pensemos que responder a ella es expresar un sincero amén, porque Dios está hablando; un fuerte aplauso por haber entendido; o quebrantarnos ante una profunda verdad.
Sin embargo, esto no significa responder a la palabra, sino reaccionar a ella. Con esto no quiero decir que esté mal aplaudir, gritar, llorar y decir amén. Al contrario, te invito a celebrar cada verdad, disfrutémosla al máximo, pues tenemos el mensaje más hermoso del mundo y no podemos ser apáticos a él.
Pero, que alguien reaccione no es sinónimo de respuesta. Esto es como alguien que publicó un producto para su venta en redes sociales; aunque el producto tenga miles de reacciones, "likes" y demás, eso no se traduce en ventas.
Entonces, ¿cuándo respondemos a la palabra?
"Sabemos que respondimos a la palabra cuando ella fue la que gobernó la última decisión que tomamos".
Y lo contrario también es cierto: sabemos que no respondimos a la palabra cuando la última decisión que tomamos fue gobernada por otra voz.
Adán recibió la palabra de Dios en el huerto de no comer del árbol prohibido, pero respondió a la última palabra que escuchó: "Serás como Dios". Es en este punto donde debemos preguntarnos:
¿Quién tiene la última palabra en nuestras vidas?
"Quien tiene la última palabra en nuestras vidas es a quien estamos respondiendo".
Oro para que podamos ser responsables al responder a la voz de Dios e ir más allá de las reacciones, dejando que su palabra gobierne nuestras vidas y todos los asuntos de ella.
Te invito a reflexionar en estas cortas líneas y, si te edificó, te animo a compartirlo con otros para que también sean edificados. ¡Bendiciones!
- Etni Castillo