
27/08/2025
𝗡𝗼𝘃𝗲𝗻𝗼 𝗱𝗶́𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗡𝗼𝘃𝗲𝗻𝗮 𝗮 𝗦𝗮𝗻 𝗔𝗴𝘂𝘀𝘁𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗛𝗶𝗽𝗼𝗻𝗮 𝗢𝗯𝗶𝘀𝗽𝗼 𝘆 𝗗𝗼𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗜𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮, 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲 𝗹𝗮 𝗖𝗮𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱 (𝗔𝗺𝗼𝗿)
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
𝗔𝗰𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗻𝗼𝘃𝗲𝗻𝗮
Señor mío Jesucristo, divino Redentor y Salvador de las almas, que por las piadosas lágrimas de vuestra sierva Mónica os dignasteis convertir enteramente a Vos el corazón de su hijo Agustín, y desde el día de su total y dichosa conversión le inspirasteis que hiciera siempre frutos de verdadera penitencia; por las lágrimas benditas de aquella madre y por la sincerísima conversión de aquel bienaventurado hijo, conceded, misericordioso, a nuestras almas aquel dolor de verdadera contrición que alcanza con seguridad el perdón de toda culpa; aquel llanto de sincero arrepentimiento que borra toda inquietud y toda mancha, y el hacer tales frutos de penitencia que devuelvan la justificación y la paz a nuestro espíritu contrito y humillado que de veras se convierte a Vos y desea veros desenojado para siempre. Amén.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗶𝗻𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera, y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud!
Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades, úngeme con el óleo de tu arrepentido.
¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable!
¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí!
𝗡𝗼𝘃𝗲𝗻𝗼 𝗱𝗶́𝗮
“El amor crece a través del amor. El amor es «divino » porque proviene de Dios y a Dios nos une y, mediante este proceso unificador, nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea todo para todos” (Benedicto XVI, DCE.18)
𝗟𝗲𝗰𝘁𝘂𝗿𝗮 𝗕𝗶́𝗯𝗹𝗶𝗰𝗮: 𝗖𝗳. 𝟭ª. 𝗖𝗼𝗿𝗶𝗻𝘁𝗶𝗼𝘀 (𝟭𝟯, 𝟭𝟭-𝟭𝟯)
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.
𝗥𝗲𝗳𝗹𝗲𝘅𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻 𝗔𝗴𝘂𝘀𝘁𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗛𝗶𝗽𝗼𝗻𝗮 𝗢𝗯𝗶𝘀𝗽𝗼 𝘆 𝗗𝗼𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗜𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮
“No os exhorto a que tengáis fe, sino a que tengáis amor.” (S 90,8)
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻
Señor Jesús, maestro bueno, danos un corazón abierto para acoger tu Palabra, y que ella nos impregne desde el interior, para que manifestemos el amor que has derramado en nuestros corazones con gestos y hechos concretos
𝗙𝗿𝗮𝘀𝗲 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻 𝗔𝗴𝘂𝘀𝘁𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗛𝗶𝗽𝗼𝗻𝗮 𝗢𝗯𝗶𝘀𝗽𝗼 𝘆 𝗗𝗼𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗜𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮
“Amas al amigo cuando odias lo que le daña” (S 49,5).
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹
Señor, estabas dentro de mí, pero yo de mí mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que, si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío, de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mí mismo, de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma, de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mí mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.